Se trata de una de las grandes muestras de arquitectura de pazos de todo el Val Miñor y también de toda Galicia. Los terrenos que ocupa pertenecían, en el s. XV, al Cabildo de Tui, que los tenía aforados a Vasco de Godoy quien, en 1613, se los donó a su sobrino, el capitán en Flandes Gregorio Vázquez Ozores, casado con Teresa Troncoso de Lira, nieta del anterior, que serían los que iniciaría la construcción del pazo. Los descendientes, militares por lo general, emparentaron con las nobles familias de López de Romai y los Vilamarín-Sarmiento.
El edificio principal, que sufriría importantes remodelaciones en el S. XVIII de clara inspiración barroca, tiene dos plantas formadas por dos cuerpos diferentes que definen una típica planta en “ L”. En la intersección de los dos cuerpos destaca la hermosa torre almenada, decorada con gárgolas en forma de cañones.
En la misma disposición encontramos cuatro piedras heráldicas, finalizadas con coronas ducales en forma de perfectas sortijas, de la que sólo en un caso presenta su campo decorado con las armas de las familias Pereira de Castro, Falcón y Ozores-Soutomaior.
Destaca la chimenea, que alcanza mayor altura que la torre, y muestra dos cuerpos bien diferenciados, separados por una moldura con desagües en las esquinas. Finaliza con una sobria decoración de almenas y pináculos culminados por bolas.
En la fachada principal, una hermosa escalinata de granito une el atrio de la capilla y el patín con balaústres, cubierto con un tejado de entramado en madera y sustentado por cuatro columnas lisas de tipo toscano. Bajo el patín se abre un amplio arco decorado con placas recortadas, típicamente barrocas. A la izquierda del patín tenemos un hermoso blasón donde se observan las armas de las familias Pereira de Castro, Falcón, Troncoso de Lira, Soutomaior y Ozores.
La capilla se integra en la fachada principal. En ella destaca su espadaña con campana, bajo la que tenemos una hornacina enmarcada en un arco decorado con elementos vegetales, que acoge una imagen de la Virgen de la Asunción.
En la fachada posterior destaca su balconada abalaustrada, pegada a la torre, con el tejado sustentado por tres esbeltas columnas toscanas.
Un elemento distintivo de este pazo de la Touza es su portalón de acceso, desplazado de su posición original en el nordeste de la finca. Se compone de un amplio panel de sillería en el que se abre la puerta, a través de un arco de medio punto, flanqueada por dos torres cilíndricas finalizadas en una especie de cúpula semiesférica y decorada con sendos escudos de armas. A ambos lados del arco de entrada encontramos sendos altorrelieves de guerreros y, bajo ellos, cuatro cabezas de leones –dos a cada lado-, muy deterioradas, que originalmente tenían argollas en sus fauces. En el centro de la portada, el escudo de armas, con la corona ducal, de las familias Pereira de Castro, Ozores, Soutomaior y Falcón, flanqueado por leones rampantes en relieve y, finalizando la composición, una figura humana tocando la trompeta. La portada estaba decorada con cuatro pequeñas figuras, hoy desaparecidas; dos de pie en actitud de tocar un instrumento musical, sobre la parte central, y las otras dos sobre las torretas, una sentada y otra de pie, en actitud de saludo.