La Iglesia de Santiago de Parada es una hermosa muestra del tardorrománico rural y la única de este estilo arquitectónico que se conserva en el Ayuntamiento de Nigrán. Aunque presenta remodelaciones posteriores, en la fachada principal y en los añadidos de la fachada sur conserva prácticamente intacta su factura románica.
Se trata de un templo románico de una sola nave finalizada en un ábside semicircular.
La sobriedad exterior sólo la interrumpe la existencia de dos saeteras a cada lado de la nave principal y otras dos en el ábside, una a cada lado del tramo recto. En la actualidad sólo podemos contemplar, en toda su plenitud, la saetera del lado norte, ya que la del sur está parcialmente oculta por la sacristía.
En ella, aunque está bastante erosionada, podemos observar la decoración de taqueados y molduras sobre el arco de medio punto, asentado sobre dos columnas de capiteles con decoración vegetal.
La fachada sobria se interrumpe además con las puertas, de las que sólo conservamos la original románica en la fachada norte. Ahora bien, de la antigua puerta sur conservamos parte de su decoración original en el interior de la capilla lateral de la Virgen de la Salud, muy semejante a la de la norte, con taqueados y flores. También en los muros interiores de la fachada principal, a la altura del coro, tenemos, reutilizados, diversos elementos decorativos (molduras y flores hexapétalas) procedentes de la antigua portada románica.
La puerta de la fachada norte consta de un arco de medio punto ligeramente apuntado y abocinado. La decoración consiste en un hermoso yugo de líneas de taqueados, bolas y flores hexapétalas, que ornamentan cada una de las arquivoltas. Los arcos se asientan en dos columnas lisas coronadas por sendos capiteles de decoración vegetal, acompañados, en el lado derecho, de una gran flor. Las bases de las columnas son de tipo ático, pero están por debajo del actual nivel del suelo. Aunque en la actualidad no se conserva, originalmente también contaba con un tímpano liso. La decoración de esta fachada se completa con las flores hexapétalas que se observan a cada lado de las dos saeteras y en un variado tipo de canecillos, donde destacan los decorados en forma de cabeza de bovino.
El interior presenta también una gran sobriedad decorativa, únicamente truncada, en la nave principal, por una línea corrida de taqueado, interrumpida por las partes altas de los arcos de las puertas. Cuenta también con ménsulas de variada decoración, que debían tener como finalidad sustentar una estructura semejante a la del coro actual. Las características constructivas del interior de la nave, así como del propio exterior, nos inclinan a pensar que la cubierta original de la iglesia no sería muy diferente a la estructura de madera que presenta en la actualidad. El punto de mayor interés, en el interior, lo encontramos en el presbiterio. Precedido por un amplio arco triunfal, ligeramente apuntado, sustentado por pilastras y decorado con bolas y molduras.
En el interior, otro gran arco, también ligeramente apuntado, define la bóveda del tramo recto del ábside y descansa sobre dos columnas arrimadas, lisas y finalizadas en capiteles de decoración vegetal. Al fondo, la bóveda de cuarto de esfera finaliza el conjunto.
Los paramentos del ábside están decorados por dos líneas continuas, una inferior de taqueados y otra superior de molduras. Aunque desafortunadamente no se conservan en la actualidad, tanto la bóveda como los laterales del ábside tenían pinturas al fresco, quizás del s. XVI, en las que se identificaba fácilmente una escena de la crucifixión, con el Cristo y parte de la Virgen y, a un nivel inferior, el Apóstol Santiago y San Pedro. Incomprensiblemente, fueron retiradas durante los trabajos de restauración desarrollados durante los años sesenta del pasado siglo.
A ambos lados tenemos el interior de las ventanas laterales, compuesto por arcos de medio punto sin decoración, apoyados sobre columnas lisas de bases áticas y capiteles de temática vegetal y zoomorfa. Concretamente, en el capitel derecho de la ventana del mismo lado tenemos una ruda representación de un animal, que bien podríamos identificar con un cordero, iconografía asociada a la eucaristía. En el fondo, encontramos una tercera ventana, similar a las anteriores, que no tiene correspondencia en el exterior y que no parece que fuera tapiada a posteriori; en la actualidad acoge una imagen de piedra policromada del Apóstol Santiago, patrón de la parroquia.